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En casa del ladrón, te roban hasta la respiración.

Por: Lorena Osornio E.

Yo pensé que hasta entre ladrones había honor, pero en este país ya sobrepasamos todo, primeo el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado que nació bajo la premisa que afirmaba que todo lo que se recuperara y se presumiera mal habido se transformaría en un beneficio para las poblaciones olvidadas o más pobres e iría integro para beneficiarlas, y ¡qué creen? El Instituto se auto robo y por lo tanto le robo a los que ya una vez les habían robado, la respuesta a esta afrenta fue solo que se harían las investigaciones pertinentes.

Ahora un nuevo robo sucedió en una bodega en Iztapalapa, 37 mil 956 piezas de medicamentos oncológicos para niños fueron sustraídos al parecer por un comando de entre 10 a 15 personas, presuntamente armadas, que manejaban una camioneta, tres tractocamiones y otra camioneta express.

Tras amagar, golpear y encerrar a los empleados del almacén huyeron como todos los que roban en este país, sin que nadie les diera batalla, sin que nadie los detuviera y sin que hasta hoy haya informes o presunción de quienes fueron, porque los que deberían estar buscando esperaron cuatro días para formalizar una denuncia.

La respuesta en esta ocasión es que quienes están obligados a comprar y suministrar estos medicamentos a quienes los necesitan están tan agraviados por la cobertura que de este hecho que se ha multiplicado en los medios y desvían la vista del verdadero problema sin siquiera abordarlo claro porque cuando los muertos no son de uno no importa.

Que pena no poder escribir más que desde la indignación y el abatimiento por que no hemos logrado juntar ni una noticia buena, ni una acción de gobierno concreta para resolver alguno de los problemas que desde el inicio de esta administración han venido aquejando al país.

Aunque el laboratorio que distribuye los medicamentos nos diga que quedaron en sus almacenes y centro de distribución un total de 86 mi9l 358 piezas de la cuales 64 mil 036 ya están liberadas por la Cofepris y en proceso de abasto tenemos un grave problema.

Desde este pequeño espacio sólo me queda pedir a los padres de familia que no compren ningún medicamento en redes, en calles, a particulares, no pongan en riesgo la salud de sus pequeños, aunque la desesperación gane, porque si no seguirán ganando los inútiles gobernantes y los ladrones se harán más.

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