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Histeria

Por: Mtra. Martha Mandujano.

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En lenguaje común asociado a la cotidianidad de la mujer en los ámbitos que históricamente se ha desarrollado sigue siendo común y lamentablemente frecuente, asociar este término y sus manifestaciones a la mujer, identificándolo como “ataque histérico”. Es un estigma que la sigue marcando y lo que es peor la descalifica limitando de manera importante su desarrollo y desempeño en el ámbito personal, familiar, laboral y social.

Desde la antigüedad en la época de Hipocrates, padre de la medicina, se le llamo de esa manera a ese conjunto de manifestaciones y síntomas , adjudicándole al útero la responsabilidad de provocarlos, viene de las raíces hyaterá e histeré cuyo significado es matriz o útero y no fue suficiente que el mismo nombre la determinara como exclusiva de la mujer, además se le denomina “histeria femenina” hasta finales del siglo XIX se asocia con la sexualidad en los casos de “útero ardiente” por lo que el tratamiento era masaje en los genitales hasta llevar a la mujer al “paroxismo histérico” (orgasmo).

Desde sus orígenes ha estado en discusión si es o no una enfermedad, por no tener un causa asociada a un padecimiento orgánico, aunque sus manifestaciones físicas son objetivas en algunos casos severas y las psicológicas pueden llegar a disociar a quien la padece. Se le ha denominado: alteración emocional, estado de intensa excitación nerviosa y se le asocia con actitudes engañosas y manipuladoras, así como egocéntricas e histriónicas para llamar la atención y conseguir algún beneficio respuestas

exagerados y pintorescas que imitan enfermedades aunque esta claro que no son simuladas, se dice que de forma inconsciente quien la padece quiere estar enfermo y lo consigue. Son múltiples y muy variados los síntomas que se presentan: Alteraciones en el aparato digestivo, convulsiones, parálisis parcial de algún miembro o generalizada, alteraciones respiratorias que pueden llegar al paro, agitación que se manifiesta en llanto o gritos, temblores, ticks, ceguera etc. etc. todos estos síntomas suelen ser pasajeros pero repetitivos.

En la actualidad ha quedado demostrado que este padecimiento es un tipo de neurosis que nada tiene que ver con el útero, por lo que se presenta tanto en la mujer como en el hombre; en el medio médico ahora se le denomina crisis de conversión ya que un conflicto psicológico se convierte en un síntoma orgánico.

Todos estos avances en el conocimiento de sus causas, precisión de sus efectos y manejo, no ha permeado la concepción y el enfoque no solo entre los varones sino incluso dentro de sectores importantes de mujeres, ya sea asumiéndose como tales con todos los efectos negativos que conlleva para ella misma sino también para agredir y descalificar a otra mujer en caso de relaciones de poder, de rivalidad por un varón, asumiendo que es el varón el que sufre por soportar una mujer histérica. Cuando el varón presenta estas manifestaciones, la respuesta de sus allegados hombres o mujeres tiende a ser mas tolerante se encuentra una explicación en otro factor casual, incluso

alguna justificación a esas actitudes y ellos si padecerán algún grado de neurosis, pero nunca “histeria”.

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