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Más vale prevenir que lamentar.

Por: Lorena Osornio E.

Allá por el año 590, cuando la peste comenzaba a acechar Europa, aquel que estornudara debía ser inmediatamente denunciado mediante la exclamación ¡Salud!, que funcionaba como una oración para bendecir el lugar y evitar el desarrollo de la peste, pero también estigmatizaba a quien acababa de estornudar como si fuera un campesino portador de la desconocida enfermedad.

En la actualidad el conocido filósofo Hugo López Gatell nos ha regalado máximas como: “¿cómo se transmite el Covid? Así: ¡achú!, nos regaló la semana pasada una más y con mayor grado de preocupación la reflexión acerca de la nueva cepa de Covid que “cerrar vuelos provenientes del Reino Unido no tendría una contribución específica para reducir el riesgo, distinto a lo que intuitivamente podría parecerle lógico a las personas no familiarizadas en el campo, que es que el virus se puede detener con una barrera física, una especie de muro, o cerrar los puertos aéreos o los puertos marítimos o los puertos terrestres, no hay evidencia al respecto”, incluso hizo suyas las palabras del comunicado 261 de la Secretaría de salud en él que dice que no hay evidencia científica que indique que la nueva cepa es más dañina, y ahora sí agregó que la mejor vacuna es cuidarnos mutuamente.

No pues ¡gracias!, este personaje que ya desde hace unas semanas tiene mirada de desquiciado y que un día dice una cosa y al otro la misma sólo que con más palabras para confundirnos y siempre termina hecho bolas, con su declaración anterior no sólo nos restregó nuestra ignorancia en un terreno en el que él dice ser autoridad, y respaldó como siempre la voluntad del gobierno de hacer lo que a ellos y no a la población les convenga.

Quisiera apuntar a sus declaraciones que lo que la gente busca de un gobierno es dirección para las áreas en las que no todos somos especialistas y en las que ellos tienen capacidad de acción, y que si no son los que llevan las riendas del país quienes generan el orden que se necesita para evitar contagios, el sentido de urgencia en la ciudadanía no estará presente hasta que como ahora la mortandad aumente.

Es una pena leer que tratando de obviar su incompetencia nos digan después de haber tardado semanas en decretar el color rojo de un semáforo que ellos mismos crearon esperaran hasta que se registraran 159 muertes diarias en promedio, y para ponerle una cereza al pastel que ya se habían repartido alegremente antes de que todo esto empezara a suceder se quieran excusar diciendo que el incremento en hospitalizaciones por Covid-19 no está ocurriendo sólo en el Valle de México ni en el país, sino en otras partes del mundo donde “también” han tomado medidas para la disminución de la movilidad y han cerrado algunas actividades económicas, para disminuir contagios.

Parece que nuestras autoridades no tuvieron abuela que les dijera “Más vale prevenir que lamentar” y si la tuvieron no importa, la soberbia e incapacidad que manejan en sus cargos les hubiese de igual modo impedido escuchar a la voz de la razón.

Su indiferencia ante la responsabilidad sólo les permite decir que no tienen evidencia de que la nueva cepa del virus sea más infectante o letal y que la vacuna que está llegando a cuentagotas cubre también esta nueva mutación. Y a nosotros ¿quién nos cubre de su incompetencia?

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