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NECESARIO NOMBRAR TITULAR DE PROFECO

 La Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México, expresa su preocupación porque a más de dos meses, no se ha nombrado al titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), con quien los sectores productivos puedan establecer los puentes necesarios para dialogar y plantear sus necesidades, en este escenario económico que está siendo impactado por el alza de precios de diversos productos.

 Un claro ejemplo es el que se está presentado con el precio de la tortilla en algunas entidades del país, en donde los funcionarios de la PROFECO, han actuado en forma reactiva con sanciones al último eslabón de la cadena productiva, que es la tortillería, sin poder determinar qué o quién causó el alza en el precio y si fue justificada o no.

 Reiteramos nuestro llamado al Ejecutivo Federal para que nombre al titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, cargo que ha estado vacante luego de que Lorena Martínez renunciara el pasado 14 de diciembre. Para CANACOPE ServyTur Ciudad de México, es importante que el perfil de quien ocupe este cargo, además de tener pleno conocimiento profesional de nuestro sistema productivo, deberá ser una persona abierta al dialogo y conocedora de la dinámica comercial y empresarial de nuestro país, así como cercano a las necesidades de nuestra población.

 Existen antecedentes claros de que una buena intervención de las autoridades en la inspección de las cadenas de producción y distribución, permiten evitar afectación al bolsillo de las familias mexicanas; tal es el caso de la elevación de los precios que sufrieron diversos productos de consumo popular como el tomate y limón en 2013 y 2014, donde la actuación en el contexto adecuado por parte de la autoridad, permitieron resolver esos abusos.

 En un contexto como el actual, es ineludible la responsabilidad de la autoridad para vigilar las buenas prácticas comerciales. Si bien, la economía nacional está sustentada en el libre mercado, sin control de precios, esta libertad debe respaldarse en prácticas éticas que favorezcan el libre intercambio comercial y eviten el engaño, la especulación o la ganancia desmedida

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