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Médicos excepcionales, Urgencias Xoco.

Por: Dr.Genaro Rico Martínez.

Ayer durante el turno, estaba en el cuarto de yesos, había poco trabajo; una fractura de muñeca rompió la monotonía de la tarde, vi la colocación de su yeso y el control radiológico.

Salí al pasillo y vi cuando llegó una camilla impulsada por los paramédicos hasta urgencias donde ya esperaban al paciente; de inmediato, la asistieron, tomaron muestras, colocaron sondas, la canalizaron, signos vitales; el equipo de enfermería y médicos hacían una coordinada labor que después de prepararla para llevarla a la fase de estudios de imagen se condujo a la TAC porque estaba inconsciente y su cráneo estaba sangrante.

El estudio determinó que tenía un gran hematoma epidural. La paciente fue encontrada en la calle, había caído de un puente peatonal y estaba inconsciente, herida del cuero cabelludo sangrante y bajo los efectos del alcohol.

Fue regresada a urgencias, donde la Dra. Luz, Jefe del Servicio, revisó la TAC y determinó: ¡Urge la intervengan, está en juego su vida! ¡Llamen al neurocirujano!, pocos minutos después, el Dr. Carlos Argüelles coincidía con lo citado por la Dra. Luz, después de revisar a la paciente y sus estudios, ordenó: Pásenla y avisen a quirófano. Pasó de regreso a su oficina y me dijo: “Doctor estoy solo, ¿me ayuda a una cirugía de urgencia?, le pregunté ¿es la del hematoma?, me contestó “Sí, esa es”; le respondí hábleme cuando esté listo. Minutos después me llamó y le dije ya voy en camino.

Los anestesiólogos habían intubado al paciente y Carlitos estaba haciendo la antisepsia, me hice presente con un uniforme muy corto, raído, roto del muslo, sin el cordón de la cintura; me lo tuve que sujetar con cinta adhesiva, lo que provocó la risa del equipo quirúrgico. Después de armar el escenario inició la cirugía, incidió la piel, haciéndose presente la fractura de la pared ósea y un gran hematoma subcutáneo, seguido se hicieron 4 trepanados con un berbiquí, se unieron los barrenos con una sierra de Gigli para levantar la tapa ósea, dejando ver el gran hematoma que comprimía el cerebro. Se lavó perfectamente para evacuar el enorme coágulo y poco a poco fue recuperando su forma el cerebro.

Había un sangrado residual que se intentaba cohibir con cotonetes y Gel Foam, Carlitos pidió más de ambos recursos, la enfermera le dijo: fueron a la farmacia y ya no hay; volteó y sonrió, no había desaliento ni decepción, el objetivo estaba claro: Salvar a la enferma como fuera. Después de cohibir el sangrado con los puntos de la dura y el epicráneo, se procedió a armar la pared ósea con una sutura de nylon recolocándose en su lugar.

Ya tranquilos, me comentó Carlitos: operamos como hace 25 años, la forma de hacer la cirugía actualmente es muy distinta, hay dispositivos muy seguros para cortar el hueso.

Lo vi con cierta nostalgia, le dije, pero el objetivo se cumplió, se realizó la cirugía a pesar de las limitaciones materiales, el pronóstico de vida de esta paciente había cambiado radicalmente en 1 hora, sólo con la fuerza de voluntad de un equipo médico empeñados en hacer el bien, ya que existían justificaciones para diferir el procedimiento, pero sabían las repercusiones que tenía el dejarla sin operar más tiempo, para el otro turno. Empezamos a cerrar y había un ambiente de alegría y paz por haber cumplido con un día más haciendo el bien.

Cuando nos retiramos a checar la salida y me encaminé a mi hogar, meditaba: los médicos siempre hemos trabajado con limitantes, nunca ha existido un día donde haya todo por diferentes razones; por deterioro de los equipos, robos del mismo, etc. Nunca ha existido la felicidad completa en cuanto a recursos así como en otros hospitales del sector público; decía un inolvidable maestro, el Dr. Mario de la Garza Navarro: “Hacemos la medicina de la pobreza con los recursos de la miseria y la única ventaja es que la hacen los más ricos de corazón y conciencia”.

Aquí llegan los pacientes más pobres de la ciudad y de estados circunvecinos con enfermedades y en condiciones que derrotarían al más avezado y valiente médico.

En las épocas difíciles la salud es el rubro que sufre más en los recortes presupuestales, siempre están en la mira de la planeación económica porque “no es un área  productiva”, esperemos que hoy seamos vistos con el ojo de la justicia. Así que hoy el personal que trabaja en el silencio del anonimato de urgencias, el quirófano, etc., que atiende con emoción, profesionalismo y profunda responsabilidad a personas que no conoce y lo hacen con la misma dedicación y pasión como si los conocieran; entiendo que sólo los guía su conciencia, su amor a la vida y a su profesión. Desde este foro, mi reconocimiento a este gran equipo que hace posible que la vida fluya a pesar de que trabajamos con importantes limitaciones, los objetivos con amor y lealtad se cumplen.

Este mismo problema médico lo viví con un amigo en el IMSS que fue víctima de una trama burocrática, siendo trasladado de la clínica del Pedregal a Centro Médico Nacional, luego a la clínica 32 y al final a Magdalena de las Salinas; después de haber llegado consciente, se agravó quedando inconsciente, fue operado después de 2 días, por fortuna, sin secuelas.

En Xoco se resuelve en 3 horas el mismo día después de su llegada un caso similar, existiendo una diferencia abismal de recursos entre ambos, la diferencia fundamental es practicidad, menos burocracia y una gran disponibilidad de servicio.

Ojalá y esto no cambie, pero que haya una mayor capacidad y existencia de materiales médicos para hacer más confortable el trabajo médico y quirúrgico. Este acto confirma, fortalece los sentimientos, la fe, los propósitos compartidos de entes que cultivan sentimientos enfocados a hacer de la actividad médica un acto responsable, accesible, humano, que hace sentir a los enfermos en una relación equilibrada que genera el bienestar de la confianza y el deseo de hacer de nuestro hospital su segunda casa.

Indudable la solidaria vocación médica del personal en general de nuestro hospital hoy y siempre dispuestos a servir a las mejores causas en la salud de nuestro país.

Felicidades a nuestros compañeros del servicio de neurocirugía vespertino, urgencias y quirófano por su efectiva participación en este caso y de mi parte gracias por permitirme ser parte de este magnífico equipo y sentir la alegría y satisfacción de haber cooperado mínimamente para salvar esta vida.

Ojala y algún día pudiéramos soñar, hablar con calma y en confianza con la jefa de gobierno y el presidente  para exponerles de la necesidad apremiante que existe de material e insumos médicos así como de personal de enfermería, médico y paramédico utilizando los índices internacionales  para satisfacer idealmente las exigencias medico quirúrgicas de nuestra comunidad y avanzar eficazmente hacia el sistema de la salud que soñamos alcanzar todos los mexicanos.

Es una tarea vigente e irrenunciable el mantener inalterable  el derecho a la salud que nos legaron los proceres de la constitucion y hoy mas que nunca debemos de defenderla contra la voracidad mercantil de convertirla en un sucio y denigrante comercio del que saldremos perjudicados todos pero especificamente los mas pobres.

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